SIMAP
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La negociación sobre Atención Primaria, que se está basando en dos puntos, el límite de pacientes/consulta y el procedimiento por el que se va a gestionar el remanente con asignación voluntaria a los miembros del equipo, no es la solución y sí es un tiempo perdido al ir en la dirección equivocada.
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Además, será inservible si no se establecen unos requisitos previos de recursos y organización para poder garantizarlo y esta exigencia no parece que se pretenda abordar por ninguna de las partes.
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La forma en la que se está negociando en Atención Primaria la limitación de pacientes en las agendas dificulta la longitudinalidad en la asistencia y nadie duda ya de que esta disminuye morbilidad, la medicación, la yatrogenia y salva vidas.
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La verdadera negociación debe ser la de adecuación de los recursos y la organización para toda la actividad de la Atención Primaria: la atención necesaria a la población de este nivel asistencial amplio, multidisciplinar complejo y al que se debe permitir alcanzar su potencial resolutivo.
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Hay que considerar la calidad del trabajo que se realiza en Atención Primaria y, por tanto, la cantidad será aquella resultante a la asignación de los tiempos reales a cada intervención.
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Los acuerdos con la Conselleria de Sanidad deberían ir por esta línea: se requeriría un alto nivel de compromiso por ambas partes. También conocimiento de la situación actual y el modelo de atención que se quiere alcanzar.
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Bajo la amenaza de una huelga «fantasma», en la negociación entre las dos partes (que excluye cualquier aportación legítima) predomina un interés distinto al que publicitan: el temor a sus consecuencias, unos por política preelectoral y otros por su posible mínimo respaldo que deje al descubierto su fuerza real en la Comunidad Valenciana. Como consecuencia, nos harán dar un paso más hacia la desolación sin retorno, que cada vez nos cuesta más ignorar mientras trabajamos día a día. Mientras tanto, llenan sus egos con titulares de desacuerdos…
En valencià a continuación del texto en castellano
Como consecuencia de la situación crítica en la que se encuentra la sanidad pública en general y la atención primaria en particular, desde SIMAP queremos insistir en la necesidad de buscar una solución real, justa y eficiente para profesionales y pacientes.
En concreto, queremos mencionar dos puntos que se están negociando:
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El límite de pacientes /consulta que se está aceptando en las negociaciones con las distintas consejerías de sanidad: 30-37 pacientes por jornada. En la Comunidad Valenciana la oferta es de 35 para AP y 28 para la atención pediátrica:)
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MF: 35 (mínimo 5 presenciales, hasta 5 no demorables)
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PAP: 28 (mínimo 21 presenciales)
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El procedimiento por el que se va a gestionar el remanente de pacientes: parece que todo se reduce a que la asistencia a ese grupo de pacientes sea en horario vespertino, de forma voluntaria y remunerada. Apenas hemos encontrado alternativas o desarrollo de esa propuesta.
Para Simap, la limitación del número de pacientes en la agendas, además de papel mojado si no se dan el resto de circunstancias para que se pueda llevar a cabo, es insuficiente, rompe la longitudinalidad, no favorece la cohesión de los equipos (multidisciplinares que deberían trabajar juntos el mismo cupo de pacientes), no contribuye a las mejoras necesarias en la organización del trabajo, es insuficiente para incluir todas las tareas que se llevan a cabo en una jornada laboral, no tiene en cuenta la complejidad de muchos pacientes, etc. En la solución más fácil, sobre el papel, que todo lo admite, y para conseguir la publicidad positiva de las partes que lo negocian, pero esta medida no es la única necesaria, su aplicación no está garantizada y además perjudica a los pacientes, rompe la equidad y la necesaria longitudinalidad, una de las bases en la atención a los pacientes en Atención Primaria.
Simap quiere insistir en que para establecer un número de pacientes por jornada es necesario tener en cuenta la calidad de la asistencia a los pacientes.
Hablan de número, pero no de calidad. Es como si la empresa automovilística Ford indicara a sus cadenas de montaje que hubiera que sacar x vehículos, aunque no se haya conseguido apretar todas las tuercas. En sanidad no debe valorarse la cantidad, sino los resultados en salud. Y este elemento ni siquiera las menciona nadie en las negociaciones en ninguna comunidad autónoma. Para ello, hay que invertir y organizar. Y fidelizar, y trabajar para conseguir, como medida prioritaria, que la medicina y enfermería de Atención Primaria sea atractiva para el profesional. Si no, seguiremos desangrándonos.
Con un cupo ya equilibrado, establecer un número de consulta por jornada no significa nada; plantear diez minutos por paciente es un mínimo, aunque sea en la forma de teleconsulta, pero en absoluto constituye un óptimo, si lo que se pretende es una asistencia adecuada a los pacientes. Hay que considerar esa cifra en un contexto específico:
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Los pacientes nos son iguales, y eso lo sabemos los que nos dedicamos a la asistencia clínica. Hay que considerar
la edad, la presencia de patologías crónicas y la fragilidad, la dispersión geográfica y el nivel socioeconómico. Y resulta básico mantener la longitudinalidad, como indican los estudios.
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El resto de la actividad del médico/a de familia en un centro de salud: visitas domiciliarias, consultas de pacientes crónicas, revisión de casos, reuniones de equipos, actividad docente, investigadora etc.
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Es absurdo pasar de una situación de creación de programas de atención a la cronicidad, creando planes integrales de asistencia, proyectos de deprescripción, etc. (que no se llevaron a cabo en su inmensa mayoría), a una realidad de regateo del tiempo de atención al paciente.
35 pacientes por jornada a diez minutos por consulta (el mínimo tiempo para hacer el trabajo y poder mirar al paciente a la cara, no solo a la pantalla informática), se obtiene 6 horas de trabajo. Si añadimos los 30 minutos de descanso reglamentario (y necesario), solo queda media hora para el resto de las actividades que hemos mencionado arriba que corresponden a la asistencia en los centros de salud y consultorios. Y resulta absurdo consideras otra actividad como la cirugía menor, técnicas diagnósticas, etc.
Hay que tener en cuenta que, si se consiguiera la gestión más adecuada de las tareas burocráticas, la consulta requerirá más atención con incremento de la carga mental del profesional ya que la complejidad de los problemas sufrirá un incremento significativo.
Además, limitar el número de consultas puede producir el incremento del periodo de los plazos de consulta, si no se consigue organizar o no hay suficientes voluntarios para las consultas vespertinas.
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Es fundamental potenciar el equipo de atención primaria, que debe ser formado por médic@, enfermer@ y administrativ@ específico y con formación específica para el propio equipo, junto con fisoterapeuta, psicólog@, y trabajador/a social.
Fisioterapeuta por la importancia de su papel en la población de mayor edad. Trabajador social porque existe un incremento del nivel de pobreza, y soledad que afecta sobre todo a las personas de mayor edad; psicólogos por el empeoramiento de la salud mental de la población, tanto por el aumento de patología como de situaciones vitales complicadas y falta de recursos para orientarlas de las personas. De la misma forma que el nivel de atención primaria tiene una labor preventiva en la salud de la población, resulta imprescindible que esta labor preventiva abarque de verdad el ámbito de la salud mental. La sociedad esta sobremedicada también de ansiolíticos y antidepresivos que hay que corregir y hace falta reorientar este problema de salud mental que ha adquirido unos niveles «epidémicos», sin olvidar que en muchos casos se requerirá un cambio de las circunstancias laborales, de vivienda, de retribuciones para corregir los determinantes sociales de la salud.
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La consulta debe ser autogestionada por el equipo en función de su conocimiento de los pacientes y no por directrices exógenas.
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Se debe corregir de forma inmediata la burocracia no justificada para que no reste tiempo de asistencia clínica, con asunción de funciones por parte de la administrativa/o con formación específica y con la reducción y evitación del papeleo que no le corresponde y agilización de la relación con la asistencia especializada y otras unidades de apoyo, tal como hemos descrito en otras ocasiones.
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Se debe potenciar la formación de los pacientes para la gestión de su enfermedad con resultados positivos en salud, con disminución de las consultas sucesivas
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Agilización de las pruebas diagnósticas solicitadas por la atención primaria.
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Si se pretende dotar a los centros de atención primaria de mayor capacidad diagnóstica (ecografías y otras) y terapéutica (cirugía menor) habrá que considerar que esa actividad requerirá su tiempo.
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Las consultas vespertinas voluntarias no son la solución para atender al paciente número 36 y siguientes. Estas consultas deberían ser temporales y transitorias, con una fecha pactada en calendario de negociación, hasta que se implementen las necesidades organizativas y de dotación de recursos imprescindibles para alcanzar los objetivos estructurales para un adecuado funcionamiento. Además, las consultas vespertinas voluntarias
resultan incompatibles con el mantenimiento de la longitudinalidad de los pacientes y con la conciliación personal y familiar de los profesionales: tienen una vida más allá de la asistencia.
Por lo tanto, la solución para garantizar la accesibilidad y la calidad de la asistencia debe pasar por otras medidas, de refuerzo presupuestario y de organización, no solo la prolongación de la jornada.
No es el momento de engañar a los que están sufriendo el problema. Es el momento de exigir una respuesta seria y honrada, tanto a la Csusp como a los sindicatos con capacidad negociadora.
Versió en valencià
SIMAP
Centrar el problema en el número topall de pacients per consulta en Atenció Primària no és la solució
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La negociació sobre Atenció Primària, que s’està basant en dos punts, el límit de pacients/consulta i el procediment pel qual es gestionarà el romanent amb assignació voluntària als membres de l’equip, no és la solució i sí que és un temps perdut en anar en la direcció equivocada.
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A més, serà inservible si no s’estableixen uns requisits previs de recursos i organització per a poder garantir-ho i esta exigència no sembla que es pretenga abordar per cap de les parts.
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La forma en la qual s’està negociant en Atenció Primària la limitació de pacients en les agendes dificulta la longitudinalitat en l’assistència i ningú dubte ja que aquesta disminueix morbiditat, la medicació, la iatrogènia i salva vides.
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La vertadera negociació ha de ser la d’adequació dels recursos i l’organització per a tota l’activitat de l’Atenció Primària: l’atenció necessària a la població d’aquest nivell assistencial ampli, multidisciplinari complex i al qual s’ha de permetre aconseguir el seu potencial resolutiu.
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Cal considerar la qualitat del treball que es realitza en Atenció Primària i, per tant , la quantitat serà aquella resultant a l’assignació dels temps reals a cada intervenció.
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Els acords amb la Conselleria de Sanitat haurien d’anar per aquesta línia: es requeriria un alt nivell de compromís per totes dues parts. També coneixement de la situació actual i el model d’atenció que es vol aconseguir.
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Sota l’amenaça de una vaga «fantasma», en la negociació entre les dues parts (que exclou qualsevol aportació legítima) predomina un interès diferent al que publiciten: el temor a les seues conseqüències, uns per política preelectoral i altres pel seu possible mínim suport que deixe al descobert la seua força real en la Comunitat Valenciana. Com a conseqüència, ens faran fer un pas més cap a la desolació sense retorn, que cada vegada ens costa més ignorar mentre treballem dia a dia. Mentrestant , omplin els seus egos amb titulars de desacords…
Estimats/ades amics/gues: a conseqüència de la situació crítica en la qual es troba la sanitat pública en general i l’atenció primària en particular, des de SIMAP volem insistir en la necessitat de buscar una solució real, justa i eficient per a professionals i pacients.
En concret, volem esmentar dos punts que s’estan negociant:
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El límit de pacients /consulta que s’està acceptant en les negociacions amb les diferents conselleries de sanitat: 30-37 pacients per jornada. En la Comunitat Valenciana l’oferta és de 35 per a AP i 28 per a l’atenció pediàtrica:)
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MF: 35 (mínim 5 presencials, fins a 5 no demorables)
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PAP: 28 (mínim 21 presencials)
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El procediment pel qual es gestionarà el romanent de pacients: sembla que tot es redueix al fet que l’assistència a aqueix grup de pacients siga en horari vespertí, de manera voluntària i remunerada. A penes hem trobat alternatives o desenvolupament d’aqueixa proposta.
Per a Simap, la limitació del nombre de pacients en les agendes, a més de lletra morta si no es donen la resta de circumstàncies perquè es puga dur a terme, és insuficient, trenca la longitudinalitat, no afavoreix la cohesió dels equips (multidisciplinaris que haurien de treballar junts el mateix contingent de pacients), no contribueix a les millores necessàries en l’organització del treball, és insuficient per a incloure totes les tasques que es duen a terme en una jornada laboral, no té en compte la complexitat de molts pacients, etc. En la solució més fàcil, sobre el paper, que tot l’admet, i per a aconseguir la publicitat positiva de les parts que el negocien, però aquesta mesura no és l’única necessària, la seua aplicació no està garantida i a més perjudica els pacients, trenca l’equitat i la necessària longitudinalitat, una de les bases en l’atenció als pacients en Atenció Primària.
Simap vol insistir que per a establir un nombre de pacients per jornada és necessari tindre en compte la qualitat de l’assistència als pacients.
Parlen de número, però no de qualitat. És com si l’empresa automobilística Ford indicara a les seues cadenes de muntatge que calguera traure x vehicles, encara que no se haja aconseguit estrènyer totes les rosques. En sanitat no ha de valorar-se la quantitat, sinó els resultats en salut. I aquest element ni tan sols les esmenta ningú en les negociacions en cap comunitat autònoma. Per a això, cal invertir i organitzar. I fidelizar, i treballar per a aconseguir, com a mesura prioritària, que la medicina i infermeria d’Atenció Primària siga atractiva per al professional. Si no, continuarem dessagnant-nos.
Amb un contingent ja equilibrat, establir on número de consulta per jornada no significa res; plantejar deu minuts per pacient és un mínim, encara que siga en la forma de teleconsulta, però en absolut constitueix un òptim, si el que es pretén és una assistència adequada als pacients. Cal considerar aqueixa xifra en on context específic:
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Els pacients ens s on iguals, i això ho sabem els que ens dediquem a l’assistència clínica. Cal considerar
l’edat, la presència de patologies crònicas i la fragilitat, la dispersió geogràfica i el nivell socioeconòmic. I resulta bàsic mantindre la longitudinalitat, com indiquen els estudis.
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El resto de l’activitat del metge/a de família en un centre de salut: visites domiciliàries, consultes de pacients cròniques, revisió de casos, reunions d’equips, activitat docent, investigadora etc.
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És absurd passar d’una situació de creació de programes d’atenció a la cronicitat, creant plans integrals d’assistència, projectes de desprescripció, etc. (que no es van dur a terme en la seua immensa majoria), a una realitat de regateig del temps d’atenció al pacient.
35 pacients per jornada a deu minuts per consulta (el mínim temps per a fer el treball i poder mirar al pacient a la cara, no sols a la pantalla informàtica), s’obté 6 hores de treball. Si afegim els 30 minuts de descans reglamentari (i necessari), només queda mitja hora per a la resta de les activitats que hem esmentat a dalt que corresponen a l’assistència en els centres de salut i consultoris. I resulta absurd consideres una altra activitat com la cirurgia menor, tècniques diagnòstiques, etc.
Cal tindre en compte que si s’aconseguira la gestió més adequada de les tasques burocràtiques, la consulta requerirà més atenció amb increment de la càrrega mental del professional ja que la complexitat dels problemes patirà un increment significatiu.
A més, limitar el nombre de consultes pot produir l’increment del període dels terminis de consulta, si no s’aconsegueix organitzar o no hi ha suficients voluntaris per a les consultes vespertines.
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És fonamental potenciar l’equip d’atenció primària, que ha de ser format per metge/essa, infermer/a i administratiu/va específic i amb formació específica per al propi equip, junt amb fisioterapeuta, psicòleg/a, i treballador/a social.
Fisioterapeuta per la importància del seu paper en la població de major edat. Treballador social perquè existeix un increment del nivell de pobresa, i soledat que afecta sobretot les persones de major edat; psicòlegs per l’empitjorament de la salut mental de la població, tant per l’augment de patologia com de situacions vitals complicades i falta de recursos per a orientar-les de les persones. De la mateixa forma que el nivell d’atenció primària té una labor preventiva en la salut de la població, resulta imprescindible que aquesta labor preventiva abaste de veritat l’àmbit de la salut mental. La societat aquesta sobremedicada també d’ansiolítics i antidepressius que cal corregir i fa falta reorientar aquest problema de salut mental que ha adquirit uns nivells «epidèmics», sense oblidar que en molts casos es requerirà un canvi de les circumstàncies laborals, d’habitatge, de retribucions per a corregir els determinants socials de la salut.
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La consulta ha de ser autogestionada per l’equip en funció del seu coneixement dels pacients i no per directrius exògenes.
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S’ha de corregir de manera immediata la burocràcia no justificada perquè no reste temps d’assistència clínica, amb assumpció de funciones per part de l a administrativa/o amb formació específica i amb la reducció i evitació de la paperassa que no li correspon i agilitació de la relació amb l’assistència especialitzada i altres unitats de suport, tal com hem descrit en altres ocasions.
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S’ha de potenciar la formació dels pacients per a la gestió de la seua malaltia amb resultats positius en salut, amb disminució de les consultes successives
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Agilitació de les proves diagnòstiques sol·licitades per l’atenció primària.
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Si es pretén dotar als centres d’atenció primària de major capacitat diagnòstica (ecografies i altres) i terapèutica (cirurgia menor) caldrà considerar que aqueixa activitat requerirà el seu temps.
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Les consultes vespertines voluntàries no són la solució per a atendre el pacient número 36 i següents. Aquestes consultes deurien ser temporals i transitòries, amb una data pactada en calendari de negociació, fins que s’implementen les necessitats organitzatives i de dotació de recursos imprescindibles per a aconseguir els objectius estructurals per a un adequat funcionament. A més, las consultes vespertines voluntàries
resulten incompatibles amb el manteniment de la longitudinalitat dels pacients i amb la conciliació personal i familiar dels professionals: tenen una vida més enllà de l’assistència.
Per tant , la solució per a garantir l’accessibilitat i la qualitat de l’assistència ha de passar per altres mesures, de reforç pressupostari i d’organització, no sols la prolongació de la jornada.
No és el moment d’enganyar els que estan patint el problema. És el moment d’exigir una resposta seriosa i honrada, tant a la CSUSP com als sindicats amb capacitat negociadora.
Para más información:
https://www.simap-pas.es/programa-atencion-primaria/
https://www.simap-pas.es/respuesta-simap-ante-el-marco-estrategico-de-atencion-primaria-de-la-csusp/
https://www.simap-pas.es/salvemos-la-atencion-primaria-2/
https://www.simap-pas.es/salvemos-la-atencion-primaria/
https://www.simap-pas.es/la-atencion-primaria-necesita-un-rescate-urgente/
Cuando otros desisten, SIMAP insiste