Nadie detiene la fuga de médicos/as y enfermería al extranjero y a la medicina privada, pero el foco político es otro
En valencià a continuación del texto en castellano
Estimad@s amig@s: ante el mantra continuado de que no hay profesionales sanitarios, habrá que decir que, sobre todo, no se encuentran profesionales si las condiciones que ofrecen son penosas y, por ello, médic@s y enfermer@s deciden huir de la sanidad pública.
Mientras no se pongan en marcha mecanismos e incentivos para atraer a los profesionales, nada tendrá solución: ni planes sesudos, ni incentivos de productividad, ni el aporte de tecnología, que siempre parece atractiva.
Ni siquiera la desaparición de los contratos precarios (exigida por la UE, no lo olvidemos, no por nuestros gestores o políticos de cualquier signo). Podría ser una medida que ayude, pero ni se vende bien, ni se hace bien, ni produce confianza porque ya no nos creemos nada.
Los políticos no parecen saber lo que se le viene encima con:
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El envejecimiento progresivo de la población.
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El incremento de enfermedades crónicas y cuidados al final de la vida.
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La próxima jubilación sanitaria masiva.
(40 por ciento de la plantilla de la sanidad pública, más de 70.000 profesionales, antes de 2028).
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El incremento del gasto en fármacos y planes terapéuticos muy costosos, algunos de poca eficacia.
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El empeoramiento de los determinantes sociales de la salud y sus consecuencias: a sedentarismo, obesidad, estrés, ansiedad, alcohol…
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Una falta de educación sanitaria básica que, finalmente, incrementa las consultas y las urgencias.
En este contexto, los gestores insisten en que existe falta de médicos/as y enfermeras/os, y la solución puede pasar por aumentar, más, las plazas de estudiantes de medicina y enfermería, en vez de aceptar de una vez que lo que lleva produciéndose desde hace años es UNA FUGA de profesionales a:
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Desarrollar su actividad profesional al extranjero.
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Ingresar en la nómina de la medicina privada.
Es decir, actúan como si al detectar una fuga de agua en las conducciones de la casa, la solución consiste en aumentar el flujo de agua para que pueda salir por el grifo…absurdo.
Mientras no se detenga el escape de profesionales, la sanidad seguirá desangrándose.
Unas citas que ilustran lo que está pasando:
La OMC indica que «en los 10 últimos años, se han solicitado alrededor de 31.000 certificados de idoneidad por parte de médicos españoles» (para ejercer en el extranjero)
Cifra récord: 2.504 médicos se acreditaron para trabajar fuera de España en 2021
El área de Medicina de Familia lidera las peticiones para colegiarse en el extranjero, por delante de Oftalmología
En el último ejercicio, se han expedido 4.130 certificados de idoneidad que permiten trabajar fuera de España, de los cuales 2.504 corresponden a facultativos.
El empleo médico en la privada crece un 7% mientras en la pública cae 1,7%
Fuga de médicos: «Nos vamos a la sanidad privada porque en la pública nos maltratan»
Cada vez más especialistas optan por trabajar exclusivamente en clínicas y hospitales privados. La Administración subraya que, por ahora, la tendencia no genera inquietud
SIMAP
«Falta de professionals sanitaris»
Ningú deté la fugida de mèdics/as i infermeria a l’estranger i a la medicina privada, però el focus polític és un altre
Estimats/des amics/gues: davant el mantra continuat que no hi ha professionals sanitaris, caldrà dir que, sobretot, no es troben professionals si les condicions que ofereixen són penoses i, per això, metges/ssas i infermers/es decideixen fugir de la sanitat pública.
Mentre no es posen en marxa mecanismes i incentius per a atraure als professionals, res tindrà solució: ni plans molt pensats, ni incentius de productivitat, ni l’aportació de tecnologia, que sempre sembla atractiva.
Ni tan sols la desaparició dels contractes precaris (exigida per la UE, no ho oblidem, no pels nostres gestors o polítics de qualsevol signe). Podria ser una mesura que ajude, però ni s’embene bé, ni es fa bé, ni produeix confiança perquè ja no ens creiem res.
Els polítics no semblen saber el que se li ve damunt amb:
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L’envelliment progressiu de la població.
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L’increment de malalties cròniques i cures al final de la vida.
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La pròxima jubilació sanitària massiva.
(40 per cent de la plantilla de la sanitat pública, més de 70.000 professionals, abans de 2028).
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L’increment de la despesa en fàrmacs i plans terapèutics molt costosos, alguns de poca eficàcia.
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L’empitjorament dels determinants socials de la salut i les seues conseqüències: a sedentarisme, obesitat, estrés, ansietat, alcohol…
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Una falta d’educació sanitària bàsica que, finalment, incrementa les consultes i les urgències.
En aquest context, els gestors insisteixen que existeix falta de mèdics/as i infermeres/us, i la solució pot passar per augmentar, més, les places d’estudiants de medicina i infermeria, en comptes d’acceptar d’una vegada que el que porta produint-se des de fa anys és UNA FUGIDA de professionals a:
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Desenvolupar la seua activitat professional a l’estranger.
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I*ngresar en la nòmina de la medicina privada.
És a dir, actuen com si en detectar una fugida d’aigua en les conduccions de la casa, la solució consisteix a augmentar el flux d’aigua perquè puga eixir per l’aixeta…absurda.
Mentre no es detinga la fuita de professionals, la sanitat continuarà dessagnant-se.
Unes cites que il·lustren el que està passant: Veure a dalt